lunes, 10 de octubre de 2016



Debacle y crisis: Sevilla Atlético 2 - R.Zaragoza 1

El Zaragoza naufraga ante el Sevilla Atlético y muestra todos los síntomas de un equipo desplomado.

El Zaragoza entró de lleno en Sevilla en su primera gran crisis de la temporada, que pone a Luis Milla en el disparadero. Fue inferior al Sevilla Atlético, logró adelantarse en el marcador por medio de Juan Muñoz, pero se dejó remontar en una demostración de nuevo de la falta de carácter que tiene el equipo zaragocista, que, como pasó en Soria, acusó como un mazazo el gol del empate para que el enemigo le pasara por encima en el tramo final. Un rival, no se olvide, lleno de juventud e ilusión, pero que además demostró mucho más espíritu competitivo y capacidad de bloque. La derrota deja muy tocado a Milla, que por primera vez ve tambalearse su plaza en el banquillo, ya que la intranquilidad en el club con la labor del técnico hace semanas que se ha instalado en las oficinas.
Pero ahora esa intranquilidad tiene un sustento claro en los malos resultados. El Zaragoza anda en caída libre, lleva cuatro jornadas sin ganar, cinco puntos en las seis últimas citas y una sensación futbolística bastante negativa, razones de peso para que el club empiece a pensar en la continuidad del entrenador turolense, aunque es verdad que la temporada, con solo nueve citas jugadas, no ha hecho nada más que empezar, la única coartada que puede tener el entrenador.
En Sevilla Milla apostó por José Enrique como central, un dato que deja a las claras que no confía en Bagnack y Popa, un mensaje de calado hacia la dirección deportiva, hacia la labor de Narcís Juliá. Con ese cambio, con la reiterada apuesta, y nefasta casi siempre, en Isaac comenzó el duelo en un Sánchez Pizjuán semivacío y en el que el Zaragoza salió a verlas venir, muy metido atrás y con Ángel escoltando a Juan Muñoz arriba para que Javi Ros ocupara el puesto de falso interior zurdo, donde está claro que no se siente bien.
El Sevilla sí se sintió bien desde el principio. Pozo, Ivi, Curro y Borja Lasso no tardaron en encontrarse, mientras que la medular era patrimonio de Yan Eteki, ya que Zapater y Erik Morán perseguían sombras. Un pase de Pozo terminó con el disparo que lamió el palo en el primer aviso y, en el segundo, Irureta respondió bien ante Ivi, una pesadilla para la zaga zaragocista, donde solo José Enrique, atento en varios cortes, mantenía el tipo.
Con Pozo y Matos abriendo caminos por la banda de Isaac, con poca ayuda de Lanzarote, eso sí, y con un Zaragoza sin tener nunca el balón pudo llegar, sin embargo, el primer gol de los de Milla. El árbitro vio fuera un claro penalti de Caro a Ángel que pudo cambiar el choque. O no, viendo la debilidad de este Zaragoza. Una apertura de Erik Morán acabó en un disparo de Juan Muñoz para dejar constancia de que el Sevilla Atlético había bajado un poco el ritmo y el choque en el último cuarto de hora del primer acto se niveló. De hecho, Ángel tuvo dos remates, a pases de Lanza y de Juan Muñoz, y en los últimos minutos la pelota vivió más cerca de la portería sevillista.
Esa sintonía se mantuvo al principio del segundo acto, ya que el Zaragoza salió enchufado en el partido, con Ángel y Juan Muñoz conectando bien y con los únicos minutos en los que la medular zaragocista logró imponerse al enemigo. Juan Muñoz dio el primer aviso y un robo de Zapater terminó en un buen envío de Ángel que su compañero de ataque definió con instinto matador. Muñoz elevó la pelota ante Caro y marcó a placer.
BAJóN ZARAGOCISTA
El portero sevillista mandó a córner una falta de Lanzarote que pudo ser el segundo y a partir de ahí todo fueron malas noticias para el Zaragoza. Pozo retrató a Isaac y José Enrique y se topó con Irureta, pero después un mal despeje del lateral finalizó en los pies de Borja Lasso, que asistió con calidad a Ivi para empatar el partido.
El gol fue un golpe brutal para el Zaragoza, que ya no existió. Superado en la medular tras la salida de Schetino y sin respuestas en defensa, las ocasiones del Sevilla Atlético fueron constantes. Diego González casi marcó en un córner, Matos, una pesadilla desde el lateral izquierdo, rozó el gol en un disparo cruzado y Pozo tuvo otra que Irureta abortó en su salida. Sin embargo, un mal despeje de Erik Morán le llegó a Ivi, que armó la pierna y ejecutó a Irureta de fuerte disparo por alto para que el Sevilla Atlético ya se sintiera ganador.
El partido se abrió. Los cambios —ya había saltado Xumetra y entraron Fran y Barrera— terminaron de descomponer al Zaragoza en sus engranajes en la medular y el Sevilla Atlético se sostuvo mejor, aunque Muñoz y Ángel pudieron firmar unas tablas que no mereció este Zaragoza de caída libre que consumó su debacle ante un filial y que vive ya al borde del ataque de nervios. 
FUENTE: Santiago Valero (EL PERIÓDICO DE ARAGÓN)

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