domingo, 21 de mayo de 2017

Ratón contra todo: Oviedo 0 - R.Zaragoza 0



El meta acaba expulsado de forma injusta tras dar un punto vital en Oviedo con sus paradas en un terrible partido.

El Real Zaragoza dio un paso hacia la salvación en Oviedo, en un partido terrible, flojísimo, pero que acerca el objetivo de la permanencia, ya muy próxima con cinco puntos de renta cuando quedan nueve por jugarse. Quizá no sea necesario sumar más puntos, aunque el objetivo es un triunfo más. Esa fue la mejor lectura del duelo en el Carlos Tartiere, donde Ratón fue el auténtico salvavidas del equipo con sus paradas y que, en su guerra casi en solitario, también acabó lidiando con el colegiado, con una expulsión inverosímil que será recurrida por el club. El Zaragoza quiso perder todo el tiempo en el tramo final y Ratón pagó el exceso de celo del árbitro después de un partido donde cumplió a rajatabla la máxima de César Láinez de que los porteros deben dar puntos. En el Tartiere dio uno.
Poco más se puede decir del partido que perpetró el Zaragoza, uno de esos encuentros donde es mejor mirar solo al resultado, pensar en que se dio otro paso y que ya queda menos para que esta horripilante temporada acabe. Todo sea por lograr esa permanencia que permita evitar un descenso que es una invitación a la desaparición, pero de verdad que el zaragocismo no se merece ni de lejos un partido tan vulgar, una temporada tan mediocre, una época reciente con tantas malas noticias y tan escasas alegrías. Por no decir ninguna.

El Real Zaragoza, que ya acumula cuatro jornadas sin ganar y dos puntos de 12 para que se haya diluido el efecto de la llegada de Láinez, solo duró un cuarto de hora con una propuesta algo decente. Con Cani y Xumetra en las alas y con el retorno de Isaac al lateral, el equipo salió bien posicionado y presionando arriba al Oviedo. Eso sí, la luz se le apagaba en los momentos decisivos, en la línea de tres cuartos. El Zaragoza gobernó en el tramo inicial el choque hasta que se disolvió como un azucarillo.
Y es que desapareció tras perder el control del balón, ya que Bedia, muy pitado en su regreso al Tartiere, y Cani se esfumaron, Ros lleva un tiempo saliendo a jugar con las botas cambiadas y lo de Xumetra es ya más que un Expediente X. Da igual que esté lesionado o recuperado, pocas veces aporta algo destacable. Ayer, en su retorno al once, nada.
Así que el Oviedo, necesitado de ganar para volver al playoff, no tardó en lanzarse hacia Ratón, que mostró que era su día en una salida ante Carlitos. Más tarde, en el minuto 24, lo hizo ante Toché después de que la defensa zaragocista hiciera una hilarante comedia donde José Enrique, con un despeje impropio, fue el actor principal que propició el remate de Nando y el posterior de Toché. Es inexplicable la forma de jugar de José Enrique en el eje de la zaga y los peligros que genera por esa falsa sensación de superioridad ante los rivales.
ACOSO OVIEDISTA / El final de la primera parte se convirtió en un despropósito del Zaragoza, al que le quemaba el balón y aguantaba la tormenta del Oviedo gracias a su portero, de nuevo decisivo ante un disparo de Christian Fernández y en una falta peligrosa de Susaeta. Aún sacaría otro remate de David Costas tras un córner y un nuevo intento de falta, esta vez de Carlitos. Curiosidades del fútbol, el Zaragoza pudo marcar sin merecerlo en un saque de banda de Cabrera que prolongó Edu Bedia y que Ángel, siempre despierto, cabeceó para la buena parada de Juan Carlos.
No cambió la decoración en la segunda parte, que empezó con la enésima parada de Ratón, esta vez al disparo de falta de Susaeta. Buscó entonces Láinez más respuesta física con Edu García y Pombo en lugar de Bedia y Cani y los cambios, al menos, mejoraron esa parte. En lo futbolístico, eso sí, no se mejoró apenas. El Zaragoza siguió jugando a nada y el Oviedo daba sensación de peligro. Toché, a pase de Nando y error de marcaje de José Enrique, se encontró con el corte de Cabrera y Michu, apuesta en los cambios de Hierro junto a Berjón para buscar el gol, cabeceó mal un buen centro de Erice.
Láinez respondió con la entrada de Lanzarote por un acalambrado Xumetra y el Zaragoza dio la impresión de dar un paso adelante. Sin embargo, Linares, la última bala de Hierro para marcar, tuvo el gol, pero definió mal ante Ratón y después la entrada sin explicación del delantero oviedista le ocasionó la primera amarilla al meta por perder tiempo pidiendo las asistencias.
El Zaragoza no quiso jugar en la prolongación, no veía la hora del final del partido y de sumar ese punto y una pérdida de José Enrique trajo la ocasión de Saúl, que mandó al limbo. Una oportunidad que fue el preludio de la segunda amarilla a Ratón, que no perdía tiempo sino que levantaba a Edu García. Lanzarote acabó en la portería y el meta gallego en la ducha, pero fue el héroe indiscutible en el Tartiere.

FUENTE: Santiago Valero (EL PERIÓDICO DE ARAGÓN)

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