lunes, 14 de noviembre de 2016

Clara progresión: R.Zaragoza 2 - Mirandés 0

Cani lidera a un Zaragoza superior al Mirandés tras marcar el primer gol y que regresa a la promoción.

El Real Zaragoza ha cambiado la cara desde la llegada de Raúl Agné hace tres semanas. Ha cambiado los resultados, con siete puntos de nueve para regresar a zona de promoción, y también la imagen, mucho más consistente. Como además mantiene un valor como el balón parado como clave, algo que ha sido así todo el curso, la mejoría todavía tiene más lustre. A todo eso, el Zaragoza le añadió ayer el brillo de Cani, que se desató para dejar claro que su talento es diferencial en la categoría. Demasiado, en todo caso, para un Mirandés deprimido, en una clara caída, y que solo opuso resistencia en la primera media hora, hasta que Cabrera abrió la lata con la estrategia.
Después, Edu García, tras toque de varita de Cani, cerró el pleito antes del ecuador, porque la segunda parte solo sirvió para que el Zaragoza ratificase su mejoría de sensaciones, para que se le viera más suelto con el balón por primera vez en esta temporada y para que el Mirandés, ya derrotado, solo deseara que llegara el final del pleito, que debió acabar con más goles a un rival que perdió por primera vez en La Romareda y que ahora suma cinco derrotas seguidas. La victoria deja al Zaragoza a un solo punto del ascenso directo y en sexta posición. Sí, el panorama con Agné ha cambiado mucho.
El Zaragoza, no cabe duda, es más intenso con su nuevo técnico, más solidario y con mayor sensación de bloque. Además, las mejoras individuales dentro de la normalidad que siempre transmite Agné son evidentes. Muchos jugadores han crecido: Javi Ros, Edu García, al que Milla casi le negaba la oportunidad, o Fran, solo relevo injusto de Isaac y ahora asentado. Además, José Enrique va afinando su forma y es un lateral superior y a Zapater, bien acompañado por Ros, ya no se le ve superado por las oleadas de los rivales. El Zaragoza, queda dicho, es más equipo, al margen de que constata el enorme talento que tiene arriba, pese a que el inicio del choque dejó fuera a Ángel por su paternidad.
Con Edu García por el delantero canario para que Cani se movierse por detrás de Juan Muñoz resolvió la baja Agné. El canterano no le falló en la apuesta, aunque es verdad que el Zaragoza se mostró muy atascado de salida. El Mirandés, con su peculiar 3-3-3-1, vivía en campo zaragocista, con Pedro como referencia en ataque y con Javi Hervás en la manija. Con todo, el rival no creaba mucho peligro y el Zaragoza se perdía en sus propias imprecisiones con el balón.
El partido era de bostezo monumental hasta que Cani empezó a aparecer con acierto, a acumular balón en la zona de tres cuartos, donde más se descose la apuesta ofensiva de Terrazas. La primera ocasión de Edu García llevó el sello del mediapunta, al que Maikel Mesa le hizo la falta que Javi Ros envió al desmarque de Cabrera, que prolongó para el remate de Juan Muñoz y que remachó el posterior despeje del meta Sergio Pérez. La estrategia es un filón para el Zaragoza. 11 goles de 21 lo acreditan.
Al Zaragoza le sentó de maravilla el gol. Dio un paso adelante y no tardó en encontrar recompensa después de que Ratón dejara claro que su fuerte no está en los pies y de que el meta resolviera el único disparo con cierto peligro del Mirandés, de Javi Hervás.
LA SENTENCIA / Lanzarote robó un balón de cabeza en el 42 y Juan Muñoz condujo la contra para que el balón le llegara a Cani en la frontal, que asistió de forma magistral a Edu García para que llegara el 2-0 y el zaragozano pudiera gritar y mostrar el escudo que le enseñó a Culio en Mallorca, esta vez a los cuatro vientos.
Estrategia y contra de manual. Y dos goles. El partido tenía al descanso todo el color de estar sentenciado. Lo estaba. Carlos Terrazas movió el banquillo con la salida de Rúper, primero, y de Provencio después para cambiar todo el frente de ataque. Ni eso reactivó a su equipo, que solo soñó con el gol en un mal control de Ratón, pero su despeje dio en Bustos para irse fuera.
Con Cani solo frenado a faltas por el rival, tarea en la que el árbitro estuvo permisivo, y con un Zaragoza cada vez más cómodo, el partido debio tener más goles. Lo mereció Cani, a pase del recién salido Barrera, pero su vaselina se fue fuera por poco, y lo debió marcar Juan Muñoz, que no supo definir tapado por Aurtenetxe tras una buena jugada de Cani y de José Enrique. Con el Mirandés ya entregado del todo y con minutos para Pombo y para el debutante Xiscu, el final del partido trajo la primera gran ovación de la temporada, con una Romareda en pie y rota a aplaudir a Cani, indiscutible líder de una orquesta que con Agné suena cada vez más afinada. Queda un mundo por recorrer, pero la progresión, queda dicho, es clara.
FUENTE: S.Valero (EL PERIÓDICO DE ARAGÓN)

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