lunes, 19 de diciembre de 2016

Navidad en Vallecas: Rayo Vallecano 1 - Real Zaragoza 2

Un tremendo error de Gazzaniga propicia la primera victoria fuera de un Zaragoza más serio y ordenado.

El Real Zaragoza volvió a encontrarse con la victoria fuera de casa, donde no ganaba desde el 16 de abril, y adelantó la Navidad en Vallecas para arribar al parón con el buen sabor del triunfo, enlazando dos consecutivos, y con los mismos puntos que la zona de promoción. El botín ante el Rayo es, pues, de oro y llegó gracias a dos regalos, uno clamoroso del meta Gazzaniga, una acción impropia de un portero, y otro del colegiado al señalar un penalti como mínimo dudoso sobre Xiscu, que premiaron a un Zaragoza serio y ordenado, en una versión más pragmática, pero con poco fútbol, un problema conocido que no es fácil de solucionar con la plantilla que hay.
El triunfo hay que darle el valor que merece, por mucho que llegara auspiciado por los errores ajenos. El Rayo solo había perdido tres partidos en casa en el 2016, dos de ellos ante Madrid y Barcelona en Primera, y Vallecas no es un feudo sencillo para ningún visitante. El Zaragoza, como había avisado Raúl Agné, se presentó en el pleito con la idea de mostrar una versión más consistente y sólida, lo que el técnico plasmó en el retorno de Isaac al lateral, donde cumplió hasta que se lesionó, y con una apuesta por dos puntas, por juntar a Dongou con Ángel, por mantener la efervescencia de Xiscu en la banda y sentar a Lanzarote, de merecida suplencia por los valores acumulados en la historia reciente.
Con ese 4-4-2, con las líneas muy juntas y con una presión adelantada para maniatar los movimientos de un Rayo al que Baraja no consigue darle un rumbo consistente, ni en el juego ni en los resultados, el partido comenzó con pocas cosas que contar. Cani, acostado en la banda derecha, apareció con intención en un par de ocasiones, mientras que Dongou tenía una irrupción interesante, mostrando ganas y un buen juego de espaldas al área. Xiscu, con un remate flojo a pase de Ángel, dio el primer aviso zaragocista. Muy tímido, eso sí.
El partido era de difícil digestión y el Zaragoza fue cediendo el balón al Rayo, que dominaba en la medular, pero solo encontraba algún camino en la banda izquierda con la dupla formada por Álex Moreno y Aguirre, si bien Isaac, con la ayuda de Cani, no le perdía la cara nunca al duelo, una buena noticia, sin duda.
Un centro de Aguirre al que no llegó Javi Guerra y una jugada de Álex Moreno alteraron de forma mínima el orden zaragocista para que el descanso llegara con la sensación de una tablas justas por los méritos de cada equipo y con un Zaragoza sobrio y asentado, pero con poca profundidad.
Mantuvo la apuesta Agné en el segundo acto y por fin el partido se abrió algo para que no fuera un monumento al bostezo tan colosal. Gazzaniga sostuvo al Rayo con una parada a tiro de Dongou tras una buena acción de Cani y al delantero camerunés se le anuló un gol por un fuera de juego ajustadísimo, de los que aumentan las dudas conforme más repeticiones se ven, con el mismo pasador de protagonista.
CAMBIOS OBLIGADOS

Sin embargo, el Zaragoza iba perdiendo el paso en el medio y Trashorras y Fran Beltrán tenían más presencia, por lo que Agné vio claro que hacía falta más músculo en el medio y recurrió a Erik Morán, un cambio por Javi Ros que tuvo un claro efecto positivo. Justo antes, el Rayo pudo adelantarse en su única acción de verdadero peligro en el partido, pero Aguirre mandó al lateral de la red su disparo a puerta vacía cuando ya había regateado a Irureta.
La lesión de Isaac devolvió al lateral a un Bagnack que salió frío y despistado, mientras Irureta ganaba seguridad en cada acción, con varias salidas valientes que esta vez no penalizaron.
El partido pintaba hacia las tablas hasta que Dongou, que ya iba a ser relevado tras acumular muchos minutos en su retorno al once, filtró un buen pase a Ángel, que le ganó la espalda a Dorado, pero que se topó con el corte de Álex Moreno. El balón, manso, suave y sin ninguna dificultad, era del portero, de Gazzaniga, que optó por el despeje y no por controlarlo. Pero le dio al aire para que, ante la incredulidad de sus compañeros y la sorpresa de los zaragocistas, entrara de forma mansa en la portería. Ver para creer.
Salto al campo Lanzarote y Baraja buscó más pegada con Piti y Manucho, pero la fortuna esta vez iba a sonreír al Zaragoza, al que ya le habían remontado varias ventajas a domicilio. Esa vez no. Un gran cambio de juego de José Enrique y el pundonor de Xiscu acabaron en el penalti de Quini sobre el balear, una pena máxima que no pareció tal, señal de que al final de Liga los fallos arbitrales siempre acaban por compensarse y no hace falta recordar que el Zaragoza se sintió perjudicado varios días.
El envío de Trashorras y el impetu de Marcelo Silva depararon el derribo claro de Javi Guerra y la expulsión del uruguayo, una baja sensible ante el Girona. Javi Guerra marcó cuando ya no había tiempo para más, solo para que el Zaragoza viera cómo la Navidad se ha adelantado con un triunfo valioso en Vallecas.
FUENTE: Santiago Valero (EL PERIÓDICO DE ARAGÓN)

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